Cada vez hay más estudios que ponen de manifiesto que el distanciarnos de los entornos naturales conlleva numerosos efectos negativos en la salud física y mental, de hecho, se está acuñando un término para describir esto: “síndrome de déficit de naturaleza”.
Basándonos en esto y dadas las características del taller de jardinería, desde el CRL de Carabanchel optamos en su día por proyectar una actividad en la que los niños pudieran observar, experimentar, aprender y disfrutar en la naturaleza, a la vez que los miembros del taller mostraban y fortalecían sus propias competencias. Para ello, inventamos “la gynkana de los sentidos” en la que por equipos, de forma cooperativa, tenían que ir consiguiendo distintos elementos.
La simbiosis formada entre los niños y los miembros del taller ha sido sorprendente y francamente emocionante, siendo el grado de satisfacción muy alto y dando múltiples frutos para ambos: sensibilización hacia el medio ambiente y hacia el cuidado de la salud en general, mejora del aprendizaje a través de la experimentación directa, mejora de las competencias sociales y del estado de ánimo.
Esta actividad, también nos ha permitido iniciar una colaboración entre la Fundación el Buen Samaritano y el Colegio Vedruna, dando a conocer tanto al profesorado como a las familias, la labor de los recursos de rehabilitación gestionados por la Fundación el Buen Samaritano, así como una visión de la salud mental más positiva y esperanzadora.