El CRL de Carabanchel celebra por quinto año consecutivo su Encuentro Anual. Este año hemos podido retomar el formato presencial al encontrarnos en otro escenario sanitario frente al COVID-19, tomando todas las medidas de seguridad necesarias en el espacio al aire libre del vivero.
Fue una jornada de participación e implicación de todos los que integramos el CRL en la que, de manera lúdica, pudimos compartir nuestros saberes y capacidades, por su puesto también en el aspecto gastronómico.
La mañana comenzó con una sesión de relajación creativa, seguida de una meditación con cuecos tibetanos, pudiendo experimentar los beneficios de estas técnicas en nuestro cuerpo.
Seguimos con juegos y dinámicas muy divertidas para soltarnos y distender el ambiente. También hubo tiempo para sacar nuestro lado artístico y creativo enfocado a explorar cómo las personas podemos movernos en libertad y orientar también el movimiento hacia la mejora de nuestro planeta.
Y hablando de movimiento, ¿qué mejor manera de continuar que bailando?. El CRL al completo intentamos aprender una coreografía, y para ser la primera vez no se nos dio nada mal.
A continuación, varias personas pudieron mostrarnos sus capacidades cantando algunos temas y otra nos recitó una poesía.
La jornada finalizó degustando algunos platos de elaboración propia, propiciando una charla distendida, con buena música de fondo, además de invitar a los asistentes a ponerse una medalla compartiendo su mayor logro de ese año, que de forma simbólica se colocaba en un panel y que nos va a acompañar todo el año.
En definitiva, fue una jornada muy emotiva que preparamos entre todos los que formamos el CRL de Carabanchel, donde pudimos celebrar, festejar y afianzar los lazos que nos unen.
Este año, nos hemos abrazado con la mirada, esperamos que en el próximo Encuentro el festival de abrazos no tenga distancia de seguridad ni mascarilla.
